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sábado, 19 de marzo de 2011

Todo fluye

Una cosa he aprendido. Y es que por mucho que insistamos en cambiar el rumbo de las cosas, todo acaba pasando. No obcecamos en la idea de tentar a la suerte, de tentar al destino, al flujo del curso, y la vida me ha enseñado que eso no puede ser así.
La esencia de la vida es su naturalidad, a veces intentamos modificar el curso de las cosas, porque nos sentimos imperfectos, y no nos damos cuenta que lo que estamos haciendo es lo antagónico a lo natural, es decir: estamos siendo artificiales.
Muchas veces nos ponemos un antifaz porque pensamos que es mejor de lo que somos realmente. Y no es así, somos como somos y eso nada ni nadie nos puede hacer sentir lo contrario. Buscamos un disfraz que creemos que es mejor pero lo único que hace es que nos delata, nos desgasta y en límites insospechados incluso anularnos poco a poco.
La esencia de la vida, de nuestra vida somos nosotros, nadie la puede vivir por nosotros, nadie nos puede imponer un modo de vida, ni la sociedad, ni el entorno, ni nuestros compañeros.
Quizás la vida sea mucho más simple de lo que algunos la vemos..
...quizás la clave es dejarse llevar y anular esa tensión constante..
Puede que los que nos rodean no nos exijan tanto, y la quid de la cuestión está en que es una autoexigencia personal. Pero ya lo decía Parménides: "Todo fluye" y espero que así sea.

"Memento Vivere".. Acuérdate de vivir

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